En la historia del estudio del tema ovni/extraterrestre existen casos que contienen los elementos necesarios para desintoxicar al tema de ese aire caricaturesco que le han tratado de contagiar los escépticos. Uno de ellos es el famoso caso del ovni o nave extraterrestre que voló en 1994 cerca a un colegio de Zimbabwe y fue visto por decenas de niños de una escuela local.
El caso de la escuela Ariel de Ruwa en Zimbabwe es suficiente para considerar la necesidad de un nuevo paradigma científico que pueda explicar quiénes son estos seres extraterrestres o extra-dimensionales, de dónde vienen y cómo es que logran aparecer y desaparecer entre los pliegues de nuestra realidad.
Cinthia Hind, una de las más importantes investigadoras del tema ovni/extraterrestre en Sudáfrica, y el notable psiquiatra norteamericano John Mack investigaron el caso y entrevistaron a los niños. La investigadora Cynthia Hind llegó a la escuela Ariel el 20 de Setiembre, cuatro días después del suceso, acompañada de un equipo de televisión de la BBC. John Mack y su equipo llegaron dos meses después. Las conversaciones entre John Mack y los niños de la escuela Ariel son una ventana privilegiada y directa a la huella de una experiencia excepcional, sobrecogedora y atemorizante.
La reconocida investigadora sudafricana del fenómeno ovni/extraterrestre Cynthia Hind entrevistando a Colin Mackie, director de la escuela Ariel.
Antes de su llegada a la escuela Ariel, Cinthya Hind se comunicó con Colin Mackie, director de la escuela, para pedirle que los niños dibujaran lo que habían visto. Los dibujos de los niños, que se pueden encontrar a lo largo de todo este artículo son consistentes entre sí al representar los detalles más importantes de la experiencia.
Un extraterrestre en mi jardín
El viernes 16 de setiembre de 1994, aproximadamente a las diez con quince minutos de la mañana, sesenta y dos niños se encontraban jugando en el patio del colegio Ariel de Ruwa durante una de las pausas. De pronto, los niños se dieron cuenta que tres o cuatro esferas plateadas estaban volando en el cielo sobre la escuela. Las esferas desaparecieron en un estallido de luz y reaparecieron en otra parte del cielo.
El 16 de setiembre de 1994, sesenta y dos niños, con edades que iban de los 6 a los doce años, vieron a varios ovnis y a un ser que descendió de una de las naves. (Imagen cortesía de John Mack Institute)
Los niños relataron a Cinthia Hind, a John Mack, y a sus maestros que esto sucedió tres veces y que luego las esferas empezaron a descender acercándose a la escuela. Una de las esferas descendió hasta un grupo de arboles ubicado a cien metros del lugar en el que se encontraban los niños y se mantuvo suspendida en el aire por unos minutos. Dominique Callimanopulos recuerda sus impresiones sobre el caso:
“Hablamos con varios niños pequeños que experimentaron la visita de dos ovnis y de los dos seres que planearon por encima de su patio de juegos durante el recreo. Era una pequeña escuela secundaria en las afueras de Harare, Zimbabwe y 60 niños, durante el recreo, vieron estos dos ovnis sobrevolar y a dos alienígenas salir. Incluso recuerdo que una niña me describió que “fue como si flotaran sobre el pasto hacia nosotros, como si saltaran por el pasto hacia nosotros”. En este caso, recuerdo la voz de John, específicamente, cuando le preguntó a una niña… eran niños muy disciplinados, post-coloniales, de diferentes razas, con trenzas, se expresaban muy bien, y John le preguntó a esta niña cómo llamaría a los seres que vio y la niña respondió que los llamaría extraterrestres, seres extraterrestres.”
Para algunos niños, el ovni permaneció flotando. Para la mayoría, el ovni aterrizó. El lugar sobre el que flotó o aterrizó la extraña esfera no formaba parte del patio escolar y si bien esa zona no tenía un cerco, estaba prohibida para los niños porque habían muchas arañas y serpientes.
El área donde los niños vieron flotar y aterrizar a una de las esferas. Abajo, John Mack conversando con Colin Mackie, director de la escuela Ariel. (Imagen cortesía de John Mack Institute)
La mayoría de los niños relata que la esfera aterrizó en ese lugar, aproximadamente a cien metros del patio, y un hombre pequeño, de aproximadamente un metro de estatura, apareció sobre el ovni. El hombre tenía un rostro pálido y su cabello era largo y le colgaba por debajo de los hombros. Además, su cuello era esquelético, sus ojos se parecían a una pelota de rugby y estaba vestido con un traje negro ajustado que era muy brillante.
John Mack le pidió a una de los niñas que dibujara los ojos de los seres y que le explicara como se veían. A continuación la transcripción de la conversación que provocó el dibujo.
- John Mack: ¿los ojos eran más puntiagudos hacia el centro de la cabeza?
- Niña: Sí, y esto (señalando la parte externa del ojo en el dibujo) era todo negro.
- John Mack: Todo negro, y ¿tenían pupilas?
- Niña: Sí, las pupilas eran blancas
- John Mack: ¿Viste blanco en el centro?
- Niña: Sí
- John Mack: ¿El estaba cerca del objeto plateado o estaba lejos?
- Niña: Estaba encima
- John Mack: Encima del objeto plateado, ok, y ¿lo miraste?
- Niña: Sí
- John Mack: ¿El te miró a ti?
- Niña: Si, me dio miedo
Uno de los dibujos que los niños de la escuela Ariel hicieron para mostrarle a John Mack la apariencia de los seres que descendieron en el patio. (Imagen cortesía de John Mack Institute)
Otra de las niñas de la escuela Ariel le explicó a John Mack, en detalle, el miedo que sintió al mirar los ojos del extraño ser.
- John Mack: ¿Viste sus ojos?
- Niña: Sí.
- John Mack: ¿A qué se parecían?
- Niña: Eran verdes y con esta forma. (señala el dibujo de la foto de arriba)
- John Mack: ¿Dónde estaba la parte puntiaguda?
- Niña: Aquí arriba.
- John Mack: ¿Y qué sentiste cuando viste sus ojos?
- Niña: Me dio miedo.
- John Mack: Miedo ¿por qué? ¿Qué daba miedo?
- Niña: Los ojos parecían malvados.
- John Mack: ¿Malvados?
- Niña: Sí.
- John Mack: ¿Y qué los hacía malvados? ¿A qué te refieres con malvados?
- Niña: Parecía malvado porque me miraba fijamente.
- John Mack: Te miraba fijamente ¿como si quisiera hacer qué?
- Niña: Como si quisiera llevarnos.
- John Mack: Como si quisiera llevarte. ¿Esa es la sensación que tuviste? ¿Que quería llevarte con él?
- Niña: Sí.
- John Mack: ¿Sentiste que querías ir con él?
- Niña: No.
- John Mack: ¿Qué efecto tuvo en ti el sentir que quería llevarte consigo?
- Niña: Solo me alejé y empecé a llorar.
El rostro de una de las niñas tratando de recordar la experiencia mientras es entrevistada por John Mack. (Imagen cortesía de John Mack Institute)
Algunos niños relatan que se acercaron al limite del patio para observar mejor al hombre. Este caminó por el terreno, se percató de la presencia de los niños y desapareció. Luego, el mismo hombre u otro muy parecido a él, apareció en la parte trasera del ovni.
“Los dos (seres) estaban corriendo, uno estaba corriendo entre los árboles y el otro estaba corriendo en la nave, porque también había arboles aquí (señala el dibujo del lugar dónde aterrizó la nave que se aprecia en la foto de abajo)” (Declaración de uno de los niños de la escuela Ariel recogida por John Mack.)
Uno de los dibujos realizados por los niños sobre el incidente.
Durante una de las entrevistas realizadas por John Mack, una niña describió el tipo de sonido que hizo la nave cuando se acercó al patio de la escuela:
John Mack: Algo te asustó, ¿verdad?
Niña: Sí.
John Mack: ¿Qué fue lo que te asustó?
Niña: El ruido.
John Mack: ¿Qué ruido?
Niña: El ruido que escuchamos en el aire.
John Mack: ¿Escucharon un ruido en el aire?
Niña: Sí.
John Mack: ¿Cómo era? ¿Como un rugido, como un zumbido? ¿Qué tipo de ruido era?
Niña: Era como si alguien tocara una flauta.
Niña de la escuela Ariel dibujando en la pizarra a uno de los seres supuestamente extraterrestre que observó el 16 de setiembre de 1994. (Imagen cortesía de John Mack Institute)
Extrañas luces en el cielo de Zimbabwe
Según las versiones de varios de los niños, los hombres de la nave se comunicaron mentalmente y les transmitieron un mensaje sobre la destrucción que estamos causando en el planeta.A continuación, la esfera despegó y desapareció.
Los niños que presenciaron los hechos tenían entre cinco y doce años de edad. Algunos se emocionaron y otros quedaron traumatizados. Los más pequeños se asustaron y corrieron gritando “ayuda, ayuda”.
Un niño pequeño africano declaró que estaba asustado porque pensaba que se lo iban a comer los tokoloshies o demonios africanos. Según la investigadora Cynthia Hind, en Africa existen leyendas sobre tokoloshies que se comen a los niños.
Dos dibujos realizados por los niños ilustrando la nave y el ser que descendió de la misma. Nótese en el dibujo de la izquierda el cabello largo del ser representado.
Dominique Callimanopulos, asistente de investigación de John Mack que estuvo durante dos días en la escuela Ariel entrevistando los niños sobre el suceso, recuerda un detalle importante. Según Callimanopulos, un reportero de la BBC les informó que dos días antes del episodio de la escuela Ariel varias personas reportaron haber visto unas extrañas luces u ovnis en el cielo de Zimbabwe. Callimanopulos nos cuenta que no todos los niños reaccionaron con temor frente a la posible visita extraterrestre:
“Incluso en su estado de miedo, muchos niños reportaron haber sentido curiosidad y fascinación por los extraños seres, cuyos ojos en particular les ordenaban que los miraran con atención. Elsa (una de las niñas) nos contó que ella pensó que los seres querían decirnos algo sobre nuestro futuro, sobre como ‘el mundo va a terminar, quizás porque no cuidamos al planeta o el aire’. Ella dijo que se sintió muy mal cuando llegó a su casa ese día. ‘Como si todos los árboles se fueran a caer y no existiera más aire, la gente moriría. Esos pensamientos vinieron del hombre, de los ojos del hombre.”
El psiquiatra John Mack entrevistando a uno de los niños de la escuela Ariel sobre el incidente. (Imagen cortesía de John Mack Institute)
Un extraterrestre no apto para adultos
En el mismo momento en el que las esferas volaban sobre la escuela Ariel dejando a los niños asustados, los maestros estaban reunidos y a pesar de los gritos de los niños no salieron a verificar lo que sucedía. Cuando Cynthia Hind interrogó a los maestros, estos explicaron que no salieron de la sala de reunión porque los niños siempre gritaban durante el recreo y no se imaginaron que algo inusual había sucedido.
Sin los maestros, el único adulto disponible era la mamá encargada del puesto de golosinas del colegio. Cuando los niños la llamaron para contarle el hecho, ella no les creyó, y tampoco salió a observar lo que sucedía. Ella le contó a la investigadora Cynthia Hind que cuando los niños la llamaron ella no estaba preparada para salir y dejar el puesto de golosinas sin vigilancia.
Según las investigaciones realizadas por John Mack y su equipo, el episodio no duró más de quince minutos. Después del episodio, los niños corrieron hacia la sala de reunión de los maestros y finalmente les contaron lo ocurrido, estos no les creyeron porque ningún adulto había presenciado el hecho.
“Vinieron corriendo presa del pánico, incluso si lo hubiéramos ensayado no podrían haber corrido todos juntos de esa manera, incluso si lo hubiéramos ensayado muchas veces. Vinieron corriendo como una serpiente viva, nosotros estábamos en una reunión del equipo y los escuchamos gritar y gritar y eso no se puede inventar.”(Declaración de profesora de la escuela Ariel recogida por John Mack.)
Reunión entre los profesores y el equipo de John Mack en Noviembre del 1994. (Imagen cortesía de John Mack Institute)
“Tomé consciencia mucho después, en realidad…No en el momento en que pasó, porque, como dije, estábamos aquí adentro, en plena reunión de personal y yo tomé consciencia una hora después. Luego, a la hora de almuerzo, unos cuantos niños se lo contaron a sus padres, cuando vinieron a recogerlos. Los padres dieron una caminata, a ver si ellos podían ver algo. Ahí fue cuando realmente me preocupé porque, si realmente había algo ahí afuera, no quería que todo el mundo estuviera.”(Declaración de Colin Mackie, director de la escuela Ariel, recogida por Cynthia Hind.)
John Mack aconsejó a los padres y maestros que al margen de que creyeran o no en la historia de los niños era contraproducente llamarlos mentirosos.
Lo cierto es que no se encontró más evidencia que los testimonios de los niños. Gunter Hofer, un miembro del equipo de Cynthia Hind, determinó a través de magnetómetros y contadores geiger que no había rastros de radiación en la zona en la que los niños reportaban haber visto al ovni. Cytnthia Hind recorrió el lugar buscando algún rastro dejado por la nave al presionar la hierba contra el suelo y no encontró nada.
El extraterrestre que hablaba con la mirada
Si bien John Mack basándose en su experiencia, capacidad de análisis y observación sostuvo que los niños no estaban mintiendo y lo que más adecuado era escucharlos y reflexionar sobre lo que decían, no se puede definir con certeza lo que realmente sucedió en la escuela Ariel la mañana del 16 de setiembre de 1994. Testimonios como el siguiente, de una niña de diez años de edad, recogidos de manera magistral por John Mack deberían ser suficientes para que la corriente científica dominante tome en serio el fenómeno ovni/extraterrestre y lo estudie con mente abierta y sin prejuicios.
Rostro de la niña que le relató a John Mack como fue que el ser de la nave le comunicó ideas a través de la mirada.(Imagen cortesía de John Mack Institute)
Niña: Lo que pensé fue que quizás el mundo va terminar, que quizás ellos nos están diciendo que el mundo se va a acabar.
John Mack: ¿Por qué crees que ellos querrían que estemos asustados?
Niña: Mmmm, quizás porque no cuidamos al planeta y al aire de manera adecuada.
John Mack: Esta idea de que no cuidamos al planeta y al aire de manera adecuada, ¿la has tenido antes o esta idea vino a ti cuando tuviste esta experiencia?
Niña: Cuando tuve esta experiencia.
John Mack: ¿Cómo te llegó esta idea durante esta experiencia? esto es un poco difícil, trata de seguirme en esto, ¿cómo es que esta idea llegó a ti cuando tuviste esta experiencia?
Niña: Solo sentí algo horrible dentro de mí.
John Mack: ¿En qué momento sentiste eso? ¿cuándo viste la nave? ¿cuándo llegaste a casa en la noche?
Niña: Cuando llegue a casa.
John Mack: ¿Tuviste ese horrible sentimiento cuando llegaste a casa?
Niña: Sí
John Mack: Cuéntame más sobre ese sentimiento, ¿cómo era?
Niña: Era como si todos los arboles del mundo se cayeran. No había aire y la gente moriría.
John Mack: Y esos pensamientos ¿los tenías antes de esta experiencia?
Niña: No
John Mack: No, y ¿cómo fue que esos pensamientos llegaron a ti? ¿vinieron de la nave? o de …
Niña: Vinieron del hombre
John Mack: Del hombre y ¿el hombre te dijo esas cosas? ¿cómo te transmitió esas ideas?
Niña: El nunca dijo nada, era su cara, sus ojos.
John Mack: ¿Qué es lo que tu percibías de esos ojos?
Niña: El estaba interesado.
John Mack en plena entrevista con una de las niñas de la escuela Ariel. (Imagen cortesía de John Mack Institute)
Los testimonios no son evidencia
¿Un conjunto de testimonios son evidencia suficiente para sustentar un caso de contacto extraterrestre?
La pregunta nos devuelve a uno de los problemas centrales del estudio del fenómeno ovni/extraterrestre: la corriente científica dominante no considera a los testimonios prueba suficiente para iniciar una investigación seria sobre el tema. Ni siquiera si estos provienen de un grupo de niños de menos de doce años. Pareciera que el afán de que el paradigma científico de turno permanezca incólume es más fuerte que la voluntad de desentrañar el misterio y devolverle un poco de paz a todos aquellos que han vivido experiencias similares y no saben como procesarlas.
John Mack alguna vez dijo que la naturaleza del fenómeno ovni/extraterrestre no podía ser analizada o estudiada con los métodos tradicionales establecidos por la ciencia pues su naturaleza no pertenecía, muy probablemente, a esta realidad y que la única forma de estudiar el fenómeno era analizando los testimonios seriamente y desde varias disciplinas.
Para los que contemplan la posibilidad de la vida extraterrestre, el caso de la escuela Ariel es uno de los reportes grupales más contundentes en la historia del fenómeno. Para los escépticos o pseudo-escépticos, ni siquiera es necesario visitar el lugar o hablar con los niños, a la distancia y a priori, son un grupo de niños que seguramente vieron algo extraño en el bosque y se inventaron las historias…
Dos de los niños que estuvieron presentes en el incidente de la escuela Ariel, entrevistados en el 2009, quince años después, para el documental de Randall Nickerson. (Imagen cortesía de John Mack Institute)
En el 2008, el documentalista Randall Nickerson, con el apoyo de la Fundación John Mack, empezó a filmar un documental sobre el incidente de la escuela Ariel. Nickerson rastreó los pasos de varios de los niños que para el 2008, ya tenían más de veinte años, y los encontró. Si bien el documental aún no se ha terminado oficialmente por falta de fondos, Nickerson presentó algunos avances de su película durante el Congreso UFO Internacional del 2012. Algunos de los entrevistados por Nickerson recuerdan la aparición de aquellas esferas y seres como un suceso que marcó sus vidas. Uno de ellos le contó a Nickerson que si pudiera revivir algún día de su vida, escogería esa mañana de setiembre del 2004 en el patio de la escuela Ariel cuando, quizás, un grupo de seres extraterrestre trató de comunicarse con los seres más auténticos y menos mentalmente contaminados de este planeta, los niños.
John Mack Institute, UFO Case Book, Film “The Experiencers”, Cynthia Hind Ruwa report.
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