-Científicos catalogan y clasifican la fauna bacteriana que vive en los hogares.
-Han tomado muestras de 1.400 casas en EEUU y pretenden ampliarlo a otros países.
-Cada zona de la casa tiene colonias específicas y se estudian los efectos sobre la salud
Un grupo de científicos de diversas universidades de EEUU se está coordinando ahora para catalogar y analizar la variedad de especies con las que convivimos y con las que pasamos la mayor parte del tiempo. El proyecto, denominado "La vida salvaje de nuestras casas", está liderado por Rob Dunn, de la Universidad de Carolina del Norte, y Noah Fierer, de la Universidad de Colorado. Hasta ahora han analizado 1.400 casas en EEUU y pretenden contar con la colaboración ciudadana para ampliar el conocimiento de la fauna bacteriana de los hogares."
Lo que queremos", asegura Dunn en un vídeo explicativo, "es tomar muestras de casas por todo EEUU y finalmente por todo el mundo. Puedes apuntarte al proyecto y te enviaremos un kit para que cojas muestras de distintas partes de tu casa. Nos lo envías de vuelta y usamos una técnica para conocer qué especies de hongos, bacterias e incluso insectos están viviendo contigo". El objetivo final es conocer de qué manera afecta la distribución bacteriana a la salud humana, qué materiales son más limpios y qué mecanismos de ventilación pueden mejorar el ambiente. Durante el estudio, también están surgiendo otras incógnitas interesantes, como de qué manera afecta a la fauna microscópica la dieta de la persona, la presencia de una mascota o la región geográfica en la que vive.
Variedad de hábitats
¿En qué lugares se acumulan las bacterias? ¿Cuáles son los factores de distribución? "Tenemos un conocimiento limitado de la diversidad microbiana en el interior de los hogares y de cómo la composición y diversidad cambia a lo largo de diferentes localizaciones dentro de la casa", aseguran Dunn y Fierer en un estudio recién publicado en la revista PLOS One. Para este trabajo tomaron muestras de 9 zonas de 40 casas de la zona de Raleigh-Durham en Carolina del Norte y los resultados ofrecen muchas pistas interesantes sobre lo que ocurre a nivel microscópico en una casa.
El análisis de las muestras indica que las condiciones de humedad y temperatura condicionan la presencia de bacterias en distintos lugares y que la casa posee hábitats específicos donde se acumulan determinadas especies. En las cortinas de la ducha, por ejemplo, viven un tipo de microorganismos que raramente se encuentran en el resto de la casa. En la almohada y en la taza del váter se acumulan el mismo tipo de bacterias procedentes de la boca y de los restos fecales, y las bacterias del suelo suelen encontrarse en lugares como los marcos de las puertas o la encimera de la cocina.
Los lugares calientes de la casa- aquellos en que hay mayor presencia bacteriana - son los pomos de las puertas, las alfombras, la almohada, el retrete y la pantalla de la televisión. Por habitaciones, la cocina y el baño. Pero, a pesar de todo, la presencia de gérmenes patógenos apenas representa un porcentaje marginal y no supone una amenaza. Apenas un 0,1% de los microorganismos que se encuentran en lugares como las alfombras, según algunas estimaciones, son infecciosos.
Un estudio en el que participó Fierer en 2012 analizaba la distribución bacteriana en las cocinas. Para el trabajo, publicado en 'Enviromental microbiology' (ver PDF), se tomaron muestras de 80 superficies de las casas de cuatro familias de la localidad de Boulder, en Colorado. Aunque se encontraron bacterias potencialmente peligrosas como Salmonella spp., Clostridium perfringens y Escherichia coli, la cantidad se considera "relativamente rara". Las zonas de la cocina con mayor variedad de microbios eran aquellas que suelen limpiarse menos, como la campana extractora, la puerta del frigorífico y el suelo, mientras que las superficies metálicas (como el fregadero) estaban más limpias. Las principales fuentes de 'contaminación' bacteriana eran las comidas crudas (vegetales) y, como sucede en el resto de la casa, los propios humanos.
Una extensión de nosotros mismos
Al estudiar la fauna microscópica de una casa descubrimos que en realidad es una extensión de nosotros mismos. El principal emisor de microorganismos somos los humanos, que impregnamos con nuestra microbiota todo lo que tocamos, especialmente desde las células de la piel. Según un estudio reciente de la Universidad de Yale, una persona en una habitación puede añadir al ambiente alrededor de 37 millones de bacterias cada hora, que se dispersan posteriormente por todas las superficies del hogar.
Otro factor que condiciona la composición del bioma de la casa es la presencia de mascotas. En particular, los investigadores han encontrado que las casas en las que hay un perro tienen una composición bacteriana distinta, con mayor presencia de organismos que proceden de su piel y no de la nuestra. "Cuando introduces un perro en tu casa", escriben, "no solo introduces al perro sino una serie de especies asociadas con el animal que se incorporan a tu ambiente y algunas de las cuales tiene efectos directos o indirectos en la salud humana".
Las investigaciones también indican que los tipos de bacterias en el interior de las casas tienen relación con el exterior y la zona donde se encuentra la casa. "Hemos encontrado", escriben, "una correlación significativa entre los tipos de bacterias depositados en las superficies fuera de la casa y aquellos encontrados dentro, subrayando que los microbios exteriores pueden tener un efecto directo en las comunidades microbianas del interior".
Hace apenas unos años, los científicos se dieron cuenta que conocer el genoma y el comportamiento de las bacterias que viven en nuestro cuerpo (y que superan a nuestras células en una proporción de diez a uno) podría ser fundamental para conocer y mejorar nuestra salud. La idea, ahora, es ir un paso más allá y catalogar el ambiente en que pasamos la mayor parte del tiempo (un 90% los estadounidnenses) y en que con más frecuencia enfermamos. "La gran fotografía que nos gustaría hacer", resume Rob Dunn, "es ver cómo las maneras en que la gente vive influye en las especies con las que conviven. Hay una sensación creciente de que los cambios que estamos haciendo influyen en nuestro bienestar pero no sabemos cómo influyen en las especies que viven con nosotros". Conocer mejor a nuestros compañeros de sofá o de desayuno no parece una mala idea.
http://noticias.lainformacion.com/ciencia-y-tecnologia/biologia/bienvenido-a-la-republica-independiente-de-las-bacterias-de-tu-casa_qgf2n7qvkJYvHDws3JCG54/
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