Margaret Thatcher lo hacía. Salvador Dalí también. Sobrevivían, día a día, con sólo unas horas de sueño. La pregunta es si uno se puede forzar a hacer lo mismo.
Desperdiciamos un tercio de nuestras vidas durmiendo, algunas personas opinan.
Hay toda una gama en el número de horas que nos gusta dormir. Como dice Jim Horne en su libro "Sleepfaring", 80% de nosotros dormimos entre seis y nueve horas por noche; el otro 20% duerme más o menos que eso.
Pero, ¿cuán fácil es cambiar el horario personal? Si uno se obliga a despertarse un par de horas antes todos los días, ¿se acostumbrará el cuerpo eventualmente?
Desafortunadamente no.
Hay abundante evidencia de que la falta de sueño tiene efectos adversos. No nos adaptamos y ya: a corto plazo, reduce la concentración, y si es extremo, causa confusión y angustia, y nos conducimos tan mal que es equivalente a estar borracho.
Los efectos a largo plazo pueden ser aún más preocupantes. Dormir menos de lo necesario durante décadas está asociado con un mayor riesgo de obesidad, diabetes, presión alta y enfermedades cardiovasculares.
Entonces, ¿cómo es que hay gente que al parecer logra estar bien a pesar de que duerme menos que el resto de nosotros?
Primero, consuélese con el hecho de que hay muchos mitos cuando la gente hace esas grandes declaraciones: Napoleón supuestamente dijo que dormir era solo para los debiluchos, pero realmente durmió a pierna suelta cuanto quiso.
Es genético
Pero efectivamente hay unos pocos individuos que pueden dormir sólo cinco horas al día y no experimentar efectos nocivos. A veces se les llama "la élite del sueño" o "de los sin sueño".
En 2009, un equipo liderado por el geneticista Ying-Hui Fu en la Universidad de California San Francisco descubrió a una madre e hija que se acostaban a dormir muy tarde y sin embargo se levantaban temprano en la mañana. Incluso cuando tenían la oportunidad de recostarse durante los fines de semana, no lo hacían.
Exámenes revelaron que tanto la madre como la hija tenían una mutación en un gen llamado hDEC2. Cuando los investigadores modificaron el mismo gen en ratones y moscas, encontraron que también empezaron a dormir menos. Y cuando no permitían que los ratones durmieran, no parecían necesitar muchas horas de sueño para reponerse.
Eso demuestra que la genética es al menos una de las razones por las que existe esa élite, pero esa estado envidiable no está al alcance del resto de nosotros, pues por ahora no podemos cambiar los genes que tenemos (esa es mi excusa).
Depositar sueño en el banco
No obstante, aunque no sea posible entrenarse para dormir menos, hay investigadores trabajando con ejércitos que han descubierto que uno puede "ahorrar" sueño si lo planea con anticipación.
En el Instituto de Investigación del Ejército Walter Reed, en Washington, Estados Unidos, le pidieron a un grupo de gente que se acostaran a dormir un par de horas más temprano que de costumbre durante una semana. Cuando posteriormente se les privó de sueño, no sufrieron tanto como la gente que no había "ahorrado" sueño de antemano.
Esto requiere de mucho esfuerzo, así que en general lo que uno necesita es calcular cuál es su requerimiento personal de sueño y tratar de ajustarse a él.
En su libro "Contando ovejas", Paul Martin describe un método para hacerlo: probablemente tendrá que hacerlo mientras está de vacaciones pues tendrá que despertarse naturalmente, no con la alarma de un reloj.
Todas las noches por dos semanas, acuéstese a la misma hora y fíjese a qué hora se despierta en la mañana. Durante las primeras noches probablemente estará recuperándose por lo que no ha dormido pero después, la hora en la que se levante le dará una indicación de cuánto tiempo debe dormir idealmente.
Quizás se desilusione al darse cuenta de que necesita más horas de sueño de lo que pensaba, pero no piense que son un desperdicio. Es tiempo valioso que le permite al cuerpo y la mente alcanzar su mejor desempeño mientras está despierto.
Es cierto que se toma un tercio de la vida pero hace que los otros dos tercios sean mucho mejores.
El político cuyos patrones de sueño realmente me inspiran no es Margaret Thatcher sino Winston Churchill. A él le gustaba tan poco levantarse por la mañana que se quedaba en cama trabajando hasta el mediodía y hasta recibía visitantes en su habitación.
Claudia Hammond
Columnista, BBC Future
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/05/130502_dormir_menos_finde.shtml
0 comentarios :
Publicar un comentario